Hoy solo somos carne
Pudriéndose al sol…
Con miles de espejos en la mente
Reflejando la cacería de nosotros mismos.

En algún momento fuimos la bitácora
De un gran soñador…
Escrita en la última hoja
Y arrancada por el cinismo y la locura.

Mas adelante en el tiempo
Seremos absoluta soberbia…
Una ilusión fuera de foco
Preocupada por ocultar el abismo.

Pero en el transcurso
Puedo destellar mi haz de luz…
Aunque la noche me cubra de insectos.


25-10-2007

ESCORPION

Primeras letras no mías. Un cuento de un narrador-escritor colombiano. A mi me "llega" mucho...

ESCORPIÓN.

A la familia de los Stuardo Acróbatas nunca le gustó que el último heredero de la antigua familia Stuardo anduviera por allí, con sus dos años de edad, chistoseando por todo el circo y jugando a caerse hacia atrás, en vez de empezar a jugar con tres pelotas al mismo tiempo y hacer equilibrios, como papá Stuardo hacía cuando tenía su misma edad, cosa que le constaba a mamá Stuardo. Y cuando a los cinco años el pequeño advirtió claramente: "Mamá, yo lo que quiero es ser payaso como Comino Payaso", el colapso sobrevino a Mamá Stuardo, quien ni siquiera sospechaba que a los 12 años de edad su hijo le repetiría lo mismo, y que lo haría otra vez, con otro tono de voz, a los 16.
Los Stuardo Acróbatas dejaron Carruselimbo Circus Mágica una mañana, dejando sin acróbatas al circo y sin un hijo a la familia Stuardo.
Así, el viejo Comino Payaso, cuya sonrisa parecía parte de su cara, se encargó durante años de enseñar al joven las cosas que un payaso puede llegar a saber, después de toda una vida de hacer reir a las gentes.
Durante mucho tiempo hicieron pareja en la arena del circo, antes de la muerte del viejo Comino.
La muerte de Comino Payaso, cuya sonrisa parecía parte de su cara, le llegó mucho tiempo después de habérsele anunciado, y fué una tarde en que el joven payaso lo acompañaba en su carreta, moribunda como el anciano payaso.
Dicen que el viejo Comino por un momento pareció perder el sentido, y su sempiterna sonrisa pareció desvanecerse. Entonces, señalando en la despensa el frasco que siempre le acompañaba y le valía su apodo, le pidió al joven: "Comino...comino".
Mientras el joven quizo alcanzarle el frasco de comino, dicen que el viejo Comino murió.
Desde entonces el joven payaso se llama Comino Payaso y pareciera que su sonrisa forma parte de su cara. Pero no es sino el recuerdo del viejo Comino, quien nunca permitió que se le viera dejar de sonreir.

Rubén Martinez Santana - "Carruselimbo Circus Mágica"

PALABRAS

Las leo, digo y escucho.
Las pienso, armo y reproduzco;
Y todavía sigo sin entenderlas.
Palabras
Símbolo intencional que en tu boca
Tiene intención de matar.
Las usás, callás pero volvés a hablar
Y metés el dedo,
Y logrés confundirme entre
El palacio de lo metafórico y
La vaga idea del no.
Hoy me permito hablar,
Hacer sangrar la llaga.
Que sangre palabras,
Tus palabras en estado natural
Que aún sigo sin entenderlas.

14/05/2004